ALBERTO BUITRE.- Mientras Estados Unidos prepara otra invasión imperialista, ahora en Siria, los Partidos políticos de la burguesía mexicana persiguen la agenda dictada por el Pacto por México y se niegan a pronunciarse contra la nueva agresión. Incluso aquellos que se ubican a la izquierda del espectro ideológico dentro del sistema político formal, han guardado silencio ante la hipócrita premisa de la «No intervención» dictada por la tradicional política exterior mexicana; no obstante que, la administración fáctica de Enrique Peña Nieto ya se declaró en apoyo a los planes terroristas de Barack Obama contra el heroico pueblo de Bashar Al Assad.
La única declaración que en esos términos se ha realizado por parte de un partido político mexicano es del Partido Comunista de México que, aunque sin reconocimiento electoral -no lo busca-, es la única representación política formal que desde este país ha condenado la nueva agresión del imperialismo estadounidense, repudiando al mismo tiempo la complicidad de Peña Nieto y del Pacto por México, llamando, no a los Partidos, sino a la clase obrera, a denunciar la maniobra guerrerista
En su portal de información El Comunista, el PCM llama la atención sobre «los gigantescos riesgos que esta aventura bélica acarrea para todos los pueblos del mundo»
«Debido a las contradicciones y pugnas inter-imperialistas, estos recurren a la fuerza bélica para salvaguardar los intereses de sus monopolios, intereses sobre la extracción y conducción de recursos energéticos, sobre mercados, ruta, etc. Ya desde ahora existe la amenaza que la intervención de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia desate otra serie de ataques en la región que involucrarían a Irán, Rusia, Israel, Turquía, etc. Los efectos de un conflicto a una escala tan vasta afectarían con un agravamiento de la crisis aún a pueblos distantes como el de México.»
Señala que los comunistas en todo el mundo planean ya acciones para rechazar la posible guerra sangrienta que quiere cernirse sobre el pueblo revolucionario del mundo. Así mismo el movimiento comunista internacional se prepara para «plantear la necesidad del derrocamiento del poder de los monopolios como una tarea urgente y actual para sellar la paz entre los pueblos, para sacudirnos el yugo de las alianzas y los acuerdos impuestos contra nosotros, y para tomar finalmente medidas radicales para salir de la crisis capitalista».
Aún es tiempo para que los partidos políticos de la llama izquierda vuelvan la cara hacia Siria, aunque es poco probable que suceda. Su complicidad suscrita o implícita con el Pacto por México delata su agrupamiento como uno sólo, el Partido del Capital, aún entre aquellos que se autodenominan anti-neoliberales o la «esperanza de México».
Y es que la nueva agresión imperialista a Siria mucho tiene qué ver con la actual coyuntura de privatización de los hidrocarburos y la resistencia del magisterio democrático contra la liquidación laboral que promueve la nueva Ley de Servicio Profesional Docente. Las agendas están interrelacionadas pues han sido creadas por el capital para abrir nuevos mercados de saqueo, ya mediante la reforma al aparato publico del país o bien, interviniendo militarmente en otro. El cuadro es el mismo.
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