Me daba terribles palizas que sólo pararon el día que le respondí. A los 16 lo noqueé de un sólo puñetazo. Nunca me tocó de nuevo. Pero el asco que me hizo sentir por la vida nunca se fue. Sin embargo, el asco es mejor que el enojo. Cuando estás enojado quieres desquitarte; cuando estás asqueado, sólo quieres escapar; y con el asco te puedes reír.
Charles Bukowski, sobre su padre. Entrevista con Weekend Guardia, 1991.
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